El
ser humano desde que nace, se encuentra habituado a mostrar solo
aquellos sentimientos a los que se le educa. Si quiere mostrar la
emoción del enojo, se le reprime, pues es de “mala educación”
gritarle a sus primos o tíos lo que no le gusta. Si muestra
desagrado por la comida que le ofrecieron en la casa de la abuelita,
le dan un jalón o un pellizco por debajo de la mesa y le dicen al
niño o a la niña: “te lo comes y te callas”.
El
problema viene cuando ese ser crece y quiere entonces
expresar sus emociones o sentimientos, inmediatamente vienen a él de
manera inconsciente esos recuerdos y se limita e impide que estos
fluyan y se expresen. Con el tiempo y mediante el crecimiento todo
esto va generando mucha tensión, por lo que se pueden desencadenar
diferentes males psíquicos o físicos.
¡Exprésate!
Convierte todo eso que te pesa y cargas día a día con él, en algo
creativo. No precisamente debe ser expresándolo hacia quien te dañó,
pues eso puede tener consencuencias negativas para ambos.
A
través del arte como el dibujo, la pintura, la escultura, la música,
la poesía, la literatura, el cine, la danza, el teatro, etcétera,
puedes convertir y transformar esos sentimientos en una obra de arte
y expresar así lo que sientes. Quizás dentro de ti haya un gran
artista que solo está esperando que lo dejes ser.

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